03 de marzo de 2022 - Loyda Abisag Tun López
A lo largo de la vida, el ser humano se encuentra en constante intercambio de información con su entorno, con frecuencia las ideas adquiridas son aceptadas solo por haber sido escuchadas por algún medio cercano, pero pocas veces son respaldadas por un análisis personal detallado.
El pensamiento crítico es la capacidad de analizar una situación a profundidad, se podría decir que es una forma de pensar responsablemente, ayuda a descomponer prejuicios, tener argumentos sólidos sobre las situaciones de la vida y expandir el conocimiento. Está ligado directamente a la parte cognitiva pero su finalidad es llevar esos pensamientos a la acción, pues los actos diarios reflejan el modo de pensar de cada individuo.
Las personas que desarrollan y estimulan el pensamiento crítico, tienen mayores oportunidades de priorizar sus actividades, de resolver problemas, de comunicarse con los demás de forma asertiva, de expresar sus puntos de vista de forma ordenada, de establecerse metas y sostener sus valores fundamentales a través del tiempo.
El pensamiento crítico permite entender de forma empática la realidad de otras personas, abordar posturas objetivas, escuchar otros puntos de vista con respeto y mirar más allá de lo evidente.
No se trata de buscar lo negativo en todas las ideas, sino darles la misma oportunidad a todos los puntos de vista, meditando y extrayendo la esencia importante de cada una.
Algunas estrategias para lograrlo son: revisar los errores personales, hacerse preguntas antes de tomar una decisión importante, tener una mente humilde para escuchar otros puntos de vista, centrarse en lo relevante de las situaciones, darse la oportunidad de redefinir conceptos de la vida, así como analizar las ventajas y desventajas de una experiencia.
Ejercer el derecho de pensar por ti mismo, es la mejor manera de estimular el pensamiento crítico.